Seamos claros y realistas, el orden, planificación y constancia son claves a la hora de llevar un control de vida y de estudio. Por norma general, el ser humano es débil, perezoso y se distrae a la mínima, eximiendo cualquier tipo de obligación y dejando para mañana lo que puede empezar a hacer hoy.
«Mañana empezaré a estudiar», «El lunes comienzo la dieta», «En septiembre me apunto al gimnasio», «el día 1 de enero dejo de fumar» y un largo etc.
Somos una sociedad que nos cuesta cumplir nuestros objetivos, nos rendimos fácilmente y rara vez comenzamos a hacer la tarea que nos hemos puesto como meta. Por ello, a no ser que tenga que hacer una determinada tarea por obligación siempre nos autoponemos excusas en el cerebro para no hacerlas en el momento.
Ir al colegio, asistir a clase, ir a trabajar y cumplir el horario que nos exigen son obligaciones y responsabilidades que cumplimos por tener una autoridad. Sin embargo, ¿Qué ocurre cuándo no hay una autoridad? ¿Cuándo la obligación que queremos llevar a cabo depende única y exclusivamente de nosotros? Aparecen los fracasos y remordimientos.
Al hilo con esta introducción, es precisamente lo que sucede a los estudiantes y opositores en épocas de verano. Su obligación de estudiar en los meses de julio y agosto va menguando. ¡Siempre hay una excusa!
- Por un día no pasa nada
- Hace mucho calor
- Con estas temperaturas no puedo concentrarme
- Estamos en verano y hay que disfrutar
- Necesito vacaciones
Como bien hemos dicho en anteriores posts, efectivamente todos necesitamos tiempo de ocio y tiempo para nosotros. Por ello, es recomendable que también dediques horas del día para ti, las actividades que te gustan y tu diversión. Sin embargo, esto no quiere decir que abandones por completo tus estudios y la preparación de un examen de oposición. ¡Es un error!
Cómo hacer que te cunda el día
Es necesario que adquieras una rutina diaria y planifiques tu jornada, de esta forma, verás como puedes aprovechar el día y sentirte más satisfecho contigo mismo. Realizar un time blocking es vital si quieres combinar el estudio con otras actividades, incluso viajes y días de descanso.
1.- Lo primero de todo, establece un horario de verano. Puedes asignar menos horas al día, como un hecho excepcional, siempre y cuando te programes que a partir de septiembre dedicarás más tiempo. Todo dependerá de cómo quieras hacerlo. Lo importante es que tengas claro tu horario y tu programa tanto a corto y largo plazo. Pongamos, por ejemplo, que te planteas un horario de 8.00 a 14.00 horas de lunes a viernes. En total estarás dedicando 6 horas diarias por 5 días a la semana.
2.- Durante las horas de estudio, ve a por todas. Acondiciona tu espacio de estudio, ya sea tu mesa de trabajo, oficina o biblioteca. Elimina cualquier distracción como pueda ser el whatsapp o las redes sociales. ¡Mantén tu móvil bien alejado!
3.- A lo largo de esas horas de estudio, realiza breves descansos, esto no quiere decirte que desconectes por completo, abandones tu mesa de estudio y te vayas a hacer deporte, a andar, a hablar por teléfono con un amigo o tomarte un pincho de 50 minutos a la cafetería. ¡NO! Durante tus 6 horas de estudio prolongadas, puedes cogerte dos descansos de 10 minutos para ir al baño, mojarte la cara, hacer algún estiramiento o comer unos frutos secos. ¡Nada más! Tu mente durante esas 6 horas tiene que estar en el estudio.
4.- Una vez has acabado tu jornada de estudio, olvídate del examen y de la presión de lo que tienes que estudiar mañana. Dedica la tarde a descansar, ir a la piscina, hacer deporte o desconectar tomándote un helado en una terraza.
5.- Lleva una vida saludable y acuéstate pronto. Si precisamente vas a llevar un horario de estudio de mañanas, necesitas madrugar. Por lo tanto, lo ideal es que como tarde, te vayas a la cama a las 00.00 horas.
¿Qué rutina de verano llevas tú? ¿Nos la cuentas?
Dejar un comentario